Estos parásitos tienen la particularidad de presentar el desarrollo de un ciclo evolutivo en una serie de estadios diferentes desde su nacimiento hasta su forma adulta. Para cumplir estas etapas, los parásitos necesitan de uno o más huéspedes intermediarios. La presencia de estos en el medio ambiente determina la distribución geográfica de la parasitosis. Así, existen formas cosmopolitas que evolucionan en huéspedes de distribución universal y parasitosis regionales restringidas a determinadas zonas caracterizadas por el hábitat de los huéspedes intermediarios.
BIBLIOGRAFÍA:
Ceccoti, Esforza, Carzoglio, Luberti, Flishman. El diagnóstico en Clínica Estomatológica. Editorial Médica PANAMERICANA. Argentina 2007. P 189.
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